La autoestima y el amor propio, unas palabras tan de “moda” en la actualidad, pero ¿sabemos en realidad a qué nos estamos refiriendo?
La autoestima es la valoración que se tiene de sí mismo, una integración tanto de los aspectos positivos como negativos que toda persona tiene. Es la apreciación que cada uno hace de sí mismo, de quién es, de su manera de ser, basándose en sus conductas, pensamientos, actitudes, sentimientos, valores y metas, los cuales forman van formando un sentimiento positivo o negativo (Navarro, 2009; Mejía,Mejía y Pastrana, 2011).
La valoración de si mismo es algo que se va desarrollando a lo largo de la vida, según las relaciones con otras personas, siendo altamente influenciada por los padres o figuras significativas en la niñez, por los profesores, por los pares o compañeros y por la sociedad en general; así que, se aprende a quererse a sí mismo según como otras personas lo hayan hecho.
La autoestima no es un constructo inmodificable, la valoración de sí mismo puede cambiar a lo largo del tiempo y según las circunstancias. Cada etapa del ciclo vital trae sus propios aportes y complejidades en la formación de esta, siendo por ejemplo la adolescencia un periodo crítico porque el adolescente está en busca de su identidad y enfrentándose a una multitud de cambios, tanto físico como psicológicos (Vilchez, et al., 2021).
Así pues, la autoestima es algo que se puede modificar por medio del aprendizaje, ya que el ser humano no sólo es el resultado de la influencia del entorno, sino que también tiene un papel activo, en el que influyen rasgos de personalidad, estrategias de afrontamiento y las interpretaciones que se realizan de cada una de las situaciones.
Siguiendo con lo anterior, aunque las circunstancias tienen que ver con la autoestima, es la interpretación que hacemos de éstas la que influye en mayor medida. Piensa en qué pasaría si te despiden de un trabajo, por ejemplo, o si eres rechazado en una entrevista, puede ser una situación negativa, pero puede haber muchas maneras de interpretarlo, como “me despidieron porque yo no hacía nada bien” o “me despidieron porque iban a hacer recorte de personal” o “este despido me sirve para buscar mi desarrollo profesional”.
Según la interpretación que hagas, te sentirás bien o mal contigo mismo y con mejor o peor estado de ánimo. Así pues, autoestima sana no es sólo tener una imagen positiva de sí mismo o repetirse cosas bonitas todos los días, porque una cosa es tener una buena imagen y otra es valorarla. En este punto, es importante diferenciar entre autoestima y autoconcepto, que, aunque son términos muy similares y pueden confundirse, tienen connotaciones diferentes.
¿Entonces que tienen de diferente?
Autoestima y autoconcepto son términos diferentes, puedes tener un autoconcepto positivo o reconocer que tienes muchas cualidades, pero así mismo, tratarte mal o sentirte poco valioso. El hecho de saber que tienes ciertas cualidades y debilidades (autoconcepto) no significa que las valores positivamente o las quieras (autoestima). Es lo mismo que pasa con la manera en cómo vemos o nos relacionamos con las personas, podemos pensar “Mariana es muy inteligente” pero no por esto caernos bien o querer a Mariana; exactamente eso pasa con la relación que tenemos con nosotros mismos.
El autoconcepto es un constructo más racional, es decir, es aquello que pensamos o que conocemos de nosotros mismos. Y la autoestima, se puede decir que es, como valoramos o como nos relacionamos con ese autoconcepto (Sebastián, 2012).
¿Por qué es importante la autoestima?
Para el logro de proyectos, metas personales, para la vida social y para el establecimiento de parejas, entre otros. Mientras que una autoestima negativa está asociada a baja salud mental, a problemas y enfermedades mentales, como la depresión y la ansiedad, así como a sufrimiento, menor satisfacción y calidad de vida (Sebastian, 2012).
También Influye en la autorealización, ya que según la autoestima que cada persona tenga, tendrá la confianza y la determinación para desarrollar sus habilidades y capacidades en cualquier contexto; mientras que a una persona con buena autoestima le gustan los retos y se siente capaz de afrontarlos, una persona con baja autoestima no quiere salir de su zona de confort o estabilidad por miedo al fracaso o al rechazo.
Así, una autoestima positiva es fundamental para la satisfacción con la vida en todos los ámbitos, académico, laboral, familiar y social. Si bien es un constructo que se ha venido desarrollando y formando desde la infancia de cada persona, influida por diferentes situaciones y aprendizajes, con una marcada influencia del contexto vivido en la primera infancia, esta imagen de sí mismo puede ser trabajada y modificada, con el fin de tener un impacto positivo en la vida de cada persona.
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Referencias
Mejía, A., Mejía, J. y Pastrana, J. (2011). La autoestima, factor fundamental para el desarrollo de la autonomía personal y profesional. Teoría de la educación, 1-13. https://www.cite2011.com/Comunicaciones/A+R/103.pdf
Navarro, M. (2009). Autoconocimiento y autoestima. Temas para la educación, 5. https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd6409.pdf
Sebastián, V. H. (2012). Autoestima y autoconcepto docente. Phainomenon, 11(1), 23-34. http://revistas.unife.edu.pe/index.php/phainomenon/article/view/226/339
Vilchez, et al. (2021). Efecto de la danza en la mejora de la autoestima y el autoconcepto en niños, niñas y adolescentes: Una revisión. Retos: nuevas tendencias en educación física, deporte y recreación, 40 (2), 385-392. https://doi.org/10.47197/retos.v0i40.76933
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