La frustración es una emoción común que puede surgir en cualquier momento. Se experimenta cuando un objetivo deseado no se alcanza o se encuentra un obstáculo que impide su consecución. Al frustrarnos, la forma en la que interpretamos el mundo se modifica, y nuestro cuerpo se activa para adaptarnos a un entorno novedoso.
En este camino también encontramos la baja tolerancia a la frustración, o una sensación de sentirse “atascado”, es como si existiera la idea de que la frustración no debería existir. Generando dificultades para que la persona acepte lo que no está sucediendo, se distorsiona la realidad en lugar de adaptarse a lo que sucede.
Un ejemplo ante esta situación podría ser:
Un niño pequeño intenta jugar con un juguete nuevo, pero no logra hacerlo funcionar con sus estrategias iniciales. Se siente frustrado y puede reaccionar de dos maneras:
1. Intentar nuevas formas de hacer funcionar el juguete, lo que puede llevar a aprender algo nuevo y divertirse con el juguete.
2. Abandonar la tarea y no lograr lo que se proponía, lo que impide aprender algo nuevo y puede generar más frustración.
Este ejemplo muestra cómo la frustración puede ser una oportunidad para aprender y crecer, o cómo puede llevar a la rendición y la frustración adicional, dependiendo de cómo se aborde la situación.
Esta emoción varia a lo largo del ciclo vital. Es un proceso en es que influyen factores biológicos, temperamentales y psicosociales, como el estilo de crianza y el acompañamiento ante situaciones frustrantes hasta lograr su desarrollo eficaz.
Algunas causas de la sensación de estar "atascado" :
- Expectativas no realistas, por ejemplo que los deseos deben ser satisfechos de forma inmediata
- Ideas de que no se deben tolerar emociones desagradables. Ocasionado la evitación de las mismas o el control excesivo.
- Priorizar la gratificación a corto plazo, lo que inevitablemente nos aleja de trabajar por situaciones que implican mayor dedicación y esfuerzo (objetivos a mediano y largo plazo).
- Idea de que el desempeño o el camino debe ser perfecto y sin errores.
- Falta de claridad en metas y objetivos
- No superar obstáculos en el camino hacia el logro de metas
- Sentimientos de impotencia y falta de control
Estrategias que contribuyen a superar la sensación de estar "atascado"
1. Reconocer y aceptar la emoción:
Que la frustración es una emoción normal y aceptarla puede ayudar a reducir su intensidad.
2. Estrategias de regulación para disminuir la activación emocional.
3. Identificar las causas subyacentes:
Entender las causas de la sensación de estar "atascado" puede ayudar a encontrar soluciones efectivas.
4. Establecer metas claras y alcanzables:
Tener metas claras y alcanzables puede ayudar a enfocar la energía y avanzar hacia el logro de objetivos.
5. Priorizar tareas:
Priorizar tareas puede ayudar a enfocar la energía en lo que es importante y reducir la sensación de estar abrumado.
6. Practicar la autocompasión:
Ser amable con uno mismo y practicar la autocompasión puede ayudar a reducir la frustración y aumentar la motivación.
Conclusión
La frustración es una emoción común y necesaria para enfrentar las demandas del día a día, de manera que podamos ajustar nuestras respuestas a formas mucho más útiles o buscar aprender nuevas estrategias para superar la diversidad de situaciones que enfrentemos. Esta habilidad que vamos perfeccionando a lo largo de la vida posibilita que podamos contar con mejores relaciones interpersonales, mayor flexibilidad y adaptación; y, por ende, mayor calidad de vida.