El equilibrio entre la vida laboral y personal es fundamental para nuestro bienestar en general. Sin embargo, estamos en una cultura que glorifica la productividad constante, por lo cual es común que las demandas laborales invadan espacios personales. Aquí te ayudaremos a identificar cuando se genera este desbalance y recuperar el control. 

1. Señales de que el trabajo afecta tu vida privada:

  • Falta de tiempo para tus relaciones o vínculos significativos
  • Cancelación de planes por carga laboral.
  • Reuniones no planeadas y tiempos extra constantes.
  • Cansancio persistente, tanto físico como mental incluso en tus días libres.
  • Dificultades para desconectarse del trabajo: revisar correos constantemente, pensar en cómo solucionar problemas (llegando a la rumiación) y hasta soñar con el trabajo.

2. Factores que contribuyen al desequilibrio:

Claramente no todo es por el trabajo o tus jefes, también puede haber factores en ti que contribuyen a un desequilibro, tales como:

  • Tener expectativas laborales poco claras
  • Realizar horarios extendidos constantemente y tareas que están fuera de la descripción de tu puesto
  • Una cultura organizacional tóxica y dificultades para poner límites.
  • Dificultades para mantener un respeto entre tu trabajo y tiempo personal.
  • Pocas o nulas actividades de descanso.

 

Ahora bien, ¿qué debemos hacer para recuperar ese equilibrio?

  1. Establecer límites claros, definiendo horarios fijos para desconectarte y comunicarlo a tu equipo.
  2. Priorizar tu autocuidado: tener hobbies, realizar ejercicio y disfrutar tiempo con tus seres queridos.
  3. Evaluar tus prioridades: es necesario reflexionar acerca de las demandas laborales y que tanto están alineadas con tus valores personales, como también tu proyección en el ámbito laboral.

 Para lograr esto siempre es importante tener una comunicación asertiva, saber tener un diálogo con tus superiores ya sea para respetar tus espacios “Me comprometo a cumplir con mis responsabilidades, pero necesito respetar mi tiempo personal para mantener un rendimiento óptimo”; como también de ser necesario negociar cargas que se ajusten a tus capacidades de forma realista.

AUTOR:  DIEGO HERRERA
PSICÓLOGO EN EL GRUPO NATALIA VÉLEZ

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